Lo que Trump debe entender de lo ocurrido anoche en la Plaza de la Revolución

"¡Hasta la victoria siempre, Fidel", pronunció el General de la Revolución, Raúl Castro Ruz. FOTO: Agencias

En política, como en la vida misma, todo es discurso. Los escenarios no son casuales; todos siempre dicen algo que las palabras no pronuncian. Por eso hay que poner atención en lo que se ha apreciado del General Raúl Castro el dia de ayer 29 de noviembre, en el homenaje masivo al Comandante en Jefe Fidel Castro en la Plaza de la Revolución de La Habana.

Su mensaje fue una rememoración de las batallas de la Revolución Cubana a lo largo de 50 años, de las cuales Cuba ha salido victoriosa. Un recuerdo de los atentados contra esta isla perpetrados por los Estados Unidos, aunque Castro no tuvo necesidad decirlo categóricamente porque todos y todas ahí presentes, y quienes escuchamos a lo lejos, supimos perfectamente a quienes se refería cuando mencionó, por ejemplo, el atentado contra el buque de La Coubre ocurrido en el muelle de La Habana en 1960, el cual transportaba armamento recién comprado por el Gobierno de la isla.

Todo esto lo rememoró el Presidente Raúl Castro, no vestido de civil o con atavíos funerarios, sino con indumentaria militar, con su chaquetón de General, sus estrellas, sus medallas, sus distintivos, como quien está listo para el combate.

Y de buena manera lo está. Porque las amenazas contra la isla continúan por parte de Washington con su infame nuevo titular Donald J. Trump quien ha amenazado con echar abajo los esfuerzos de deshielo entre Cuba y EEUU logrados durante la presidencia de Barack Obama.

Raúl se posó dignísimo en la Plaza de la Revolución, ante poco más de un millón de seres humanos convertidos en pueblo revolucionario y con el respaldo de amigos, amigas y aliados de la Revolución Cubana en el mundo, en los cinco continentes del hemisferio. El colofón fue claro "Hasta la victoria siempre", y el mensaje del pueblo, convertido en Ejercito, aún más: "¡Yo soy Fidel¡" por si es que, acaso, en la Casa Blanca se llegara a pensar que con la desaparición fisica del Comandante en Jefe, desaparecería la Revolución cubana. No. Cuba va, diría yo, más fuerte, más unida, y más revolucionaria que nunca.