Del libro "Las FARC en México" y cómo se usan periodistas para golpear los movimientos sociales


En el año 2008, la editorial Random House puso en circulación el libro "Las FARC en México", donde su autor, el periodista Jorge Fernández Menéndez hace una retahíla basada en una treta conocida: la computadora del comandante Rául Reyes, muerto en un bombardeo del Ejército colombiano a un campamento de paz en el año 2008, la cual contendría correos electrónicos y otras informaciones clasificadas de la organización clandestina, según versiones del Gobierno de ese país pero que nadie conoce realmente.

El tema es que de esa famosa lap-top se han basado cantidad de artículos en toda Latinoamérica para vincular con las FARC a cualquier personaje, según sea el antojo. Luego entonces que los EEUU consideran a esa agrupación como terrorista y narcotraficante, cualquier personaje o grupo asociado a ellos, lo es también, aunque cunda en la más evidente miseria económica.

En México esto se ocupa para intentar desprestigiar y criminalizar a organizciones políticas y movimientos sociales. De esto escribe Marco Vinicio Dávila Juárez, miembro del Buró Político del Partido Comunista de México, en éste artículo entregado a "Oficio Rojo".





Portada del libro de Jorge Fernández Menéndez. ILUSTRACIÓN: Prisa Ediciones

La intelectualidad mercenaria en la lucha contrainsurgente

por Marco Vinicio Dávila Juárez, 
miembro del Buró Político del PCM.

En Diciembre de 2008 se publicó en El Comunista un artículo titulado Medias verdades, mentiras completas, otro libelo para favorecer la represión; de la autoría del camarada Pavel Blanco, en el cual se describe la manera en que el Estado burgués mexicano se ha valido desde finales de los 60’s y hasta nuestros días para crear verdades oficiales que lo justifican o exculpan de sus acciones represivas o sofocamiento de sus adversarios.

Dicho artículo es a propósito de la aparición del libro Las FARC en México: de la política al narcotráfico, de Jorge Fernández Menéndez; librejo de poca trascendencia literaria pero que tiene un elemento que es de tomarse en cuenta en los tiempos que vivimos de uso generalizado de violencia terrorista por parte del Estado, como otro componente de su estrategia contrainsurgente: el uso de periodistas, académicos o intelectuales para construir coartadas o “verdades históricas” que minimizan las acciones del Estado en contra de las luchas o movimientos sociales movilizados en la defensa de sus intereses.

A continuación reproducimos fragmentos del artículo mencionado por considerar que tiene plena vigencia, a propósito de la reciente exhibición de la película La noche de Iguala, del mismo autor ahora metido a guionista de cine y que al igual que el libro mencionado está lleno de infiltraciones policiacas para denostar y criminalizar a los estudiantes de la normal de Ayotzinapa.

“El estado burgués un instrumento de presión y dominación de la clase social en el poder, que recurre a la legalidad y la ilegalidad para cumplir sus objetivos. Para reprimir y sofocar a sus adversarios aplica las medidas jurídicas, policiales y hasta militares, necesarias para contener o destruir a las organizaciones revolucionarias, encarcelando o asesinando, en ocasiones masivamente en otras selectivamente.”

“La dictadura de clase con tal de sostener su fachada democrática desarrolla el espionaje, la infiltración, el seguimiento y también la desinformación para criminalizar y demonizar a los luchadores sociales, principalmente a las organizaciones que buscan que los trabajadores asuman su tarea histórica de derrocar el actual sistema de explotación y construir una sociedad socialista.”

“La represión estatal busca siempre restar el apoyo de las masas a las luchas justas, por ello la guerra desinformativa tiene un papel principal. Es el caso en México de una historia negra de libelos fabricados en Buccareli por la Secretaría de Gobernación, actualmente el CISEN y la Sección Segunda del Ejército.”

“Mamotretos armados a modo con medias verdades y mentiras completas desprendidas de informes policiales, intervenciones a los teléfonos, delaciones, siempre de manera tan inescrupulosa que avergüenzan a sus propias leyes.”

“Recordemos tan solo que después del Asalto al Cuartel Madera, primera lucha armada por el Socialismo en México, el gobierno fabricó un texto llamado QUÉ POCA MAD... ERA de José Santos Valdez donde un supuesto ex-combatiente difunde una versión tan deformada, equivocando nombres, fechas, que son suficientes para evidenciar la burda intención de difamar al GRUPO POPULAR GUERRILLERO de Arturo Gámiz y a partidos y fuerzas de izquierda. EL MÓNDRIGO es otro ejemplo, junto con CAMARADA ERNESTO, ambos basados en el espionaje al movimiento estudiantil en el 68 y 71, para justificar la guerra sucia y las atrocidades de la Brigada Blanca, difamando, calumniando. Todos esos libros los financiaron Luis Echeverría, Fernando Gutiérrez Barrios, Miguel Nazar Haro entre otros criminales.”

“Para desprestigiar el levantamiento armado indígena en Chiapas del EZLN recurrieron también a esa arma con mayor sofisticación, pero sin disminuir lo burdo: LA REBELION DE LAS CAÑADAS  y LA GENIAL IMPOSTURA.”

“Si bien en los 60´s y los 70´s eran folletos anónimos o con nombres falsos, editoras inexistentes, ahora puso el Estado a su servicio a académicos y periodistas, pero claramente en el campo de la contrainsurgencia, además internacionalizando las plumas mercenarias. Al mismo tiempo decenas de ensayos en revistas de la derecha ilustrada como LETRAS LIBRES y la rebautizada A-NEXOS; éstas dictan las campañas que en los MASS MEDIA se propagan, lo mismo en toda la gran prensa que en la TV y todas la radiodifusoras. Es el caso del libro de Jorge Fernández Menéndez, un obscuro tecleador cuya tarea es criminalizar a los movimientos sociales y las luchas populares, que escribe para el fantasmal periódico Excélsior, que como sabemos es una vocería del CISEN. En un reciente libro intitulado LAS FARC EN MÉXICO: De la política al narcotráfico, repite las consignas del mafioso y paramilitar gobierno del fascista Álvaro Uribe, no logramos identificar si sus fuentes son de la Secretaría de Gobernación o de la Embajada Colombiana, pero si es obvio que intenta deformar la verdad y que el Grupo de Diarios de América, controlado por el imperialismo norteamericano reproduce sin titubear. Ahora hay un nuevo ingrediente: el otrora comandante salvadoreño Joaquín Villalobos, hoy asesor para combatir a la insurgencia destila todo el anticomunismo posible. Buena combinación trasfuguismo y delación.” Hasta aquí, la reproducción.

La credibilidad periodística de Fernández Menéndez ha sido permanentemente cuestionada y su pluma siempre ha sido vinculada a las esferas político-policiacas; también ha sido una característica de su actividad “periodística” la manipulación y deformación de la información que maneja para encubrir o para favorecer intereses de grupos económicos y políticos cuando algún miembro de estos es denunciado públicamente.

Sin embargo, no es Jorge Fernández un caso aislado o único de periodista con características policiacas, hoy es posible ver, escuchar o leer a un gran número de personeros del Estado y los intereses de los monopolios que representan: Raymundo Riva Palacio, Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Loret de Mola, López Dóriga, Javier Alatorre, entre los más destacado.

Así como se modernizó la explotación de los monopolios que en su momento optó por la “Democracia” ante el desgate de las dictaduras militares del siglo pasado, también se modernizó la maquinaria desinformativa dotándola de nombres y apellidos que le dieran prestigio a sus montajes.

marco_davila@hotmail.com

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