El animalismo y sus actos inhumanos

Momento en el cual un perro maltratado es liberado ante la mirada de manifestantes en la tienfda MasKota. FOTO: Especial

Nada humano me es ajeno
- Terencio

Es una buena noticia para esta desgastada civilización que existan personas y organizaciones que actúan contra el maltrato animal. Creo personalmente que las corridas de toros son un acto de barbarie, y que los circos con animales deben ser liquidados. En suma, cualquier acto de sobre-explotación es en sí misma un crimen.

Sin embargo existe una línea delgada, pero línea al fin, que delimita la frontera entre la explotación y el aprovechamiento sostenible. En tanto la primera sugiere una actividad de violencia irracional, la segunda responde a la necesidad primigenia de subsistencia, atendiendo normas éticas de conservación y respeto a la naturaleza, reducida sólo a algunas especies.


No es nada nuevo. La raza humana se adaptó así a millones de años de cambios climáticos en el planeta. Superamos nuestra etapa como homínidos y conquistamos a otros animales y les usamos en nuestro provecho. Inventamos la ganadería, la pesca y nuestros descendientes evolucionaron más fuertes, más inteligentes, hasta convertirse en el sapiens que hoy escribe blogs… y también hace guerras, porque también nos inventamos el libre albedrío. No somos, pues, una casualidad. Somos el resultado de la evolución. Adoptamos la capacidad de aprovechar en nuestro beneficio los recursos del ambiente y ganamos la carrera de la selección natural, con un objetivo: sobrevivir

Lo válido y lo inválido han transcurrido con nuestra especie. Hemos tomado decisiones cuyas  consecuencias han sido deleznables. Una de ellas es sobreexplotar a los animales, y, en general, a toda la naturaleza. La prueba de esto se encuentra en donde quiera que miremos a nuestro rededor. Específicamente sobre el aprovechamiento de animales, hemos traspasado muchas fronteras. Hemos liquidado la existencia de algunas especies y tenemos al punto de la desaparición a otras, por causa de la irracionalidad. Lo hemos hecho del mismo modo que al maíz criollo, cuya variedad y riqueza está por acabarse a causa de la imposición de granos transgénicos. Detrás de todo ello se encuentra la voracidad capitalista. La ganancia a causa de lo que sea.

Pero esto nada tiene qué ver con el aprovechamiento sustentable de algunos animales. Pienso en mi amigo Pedro, campesino de la sierra Otomí, entre Hidalgo y Puebla. Estima a su ganado en función de su utilidad. Cabra que no da leche, es sacrificada. Caballo que no puede andar, hay que matarlo. Para él, es cuestión de sobrevivencia. Mantener a un animal deficiente implica que sus hijos no coman. No pretende hacerse rico, tampoco ganar un pretexto para sumirse en la miseria que de por sí provocan los caciques y el abandono del Gobierno. ¿Es Pedro un criminal?

Pienso que parte de la evolución es haber superado la era en que teníamos que vestirnos con pieles. Tampoco creo que mis botas de cuero de vaca me conviertan en un retrógrado, tanto como si fueran de elefante, especie para la cual no existen programas de reproducción con fines de aprovechamiento controlado. Veo con preocupación la caza de ballenas para la producción industrial de aceites, pero ¿cómo podría condenar a la población de las Islas Faroe y otras zonas nórdicas que, bajo condiciones climáticas y geográficas extremas, cazan ballenas para alimentarse, ya que su única fuente de proteína animal y elemento primigenio de su dieta?

Desayunaba una costilla de res mientras leía que un empleado de la tienda de mascotas “+ Kota” en la ciudad de Pachuca fue captado golpeando a un perro. “Hay que aventarlo de un séptimo piso”, “Cuélguenlo de los huevos”, decían unos en sus comentarios. “Convertiremos tu vida en lágrimas rojas”, se expresó en un video publicado a nombre del colectivo Anonymous, exhibiendo una fotografía del presunto culpable sosteniendo a una bebe entre los brazos. La noticia llegó hasta el portal del diario español El País. Alguien subió una imagen de la supuesta casa del acusado, sugiriendo que una multitud acudiera y lo sacara para golpearlo. Me sorprendía la febrilidad de la gente que así acusaba leña y fuego para el abusador. Pero continué desayunando mi carne bien cocida, y ahí mismo encontré otra nota del día, misma ciudad. La presidenta del sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Pachuca, Gabriela Castañeda, a la sazón esposa del alcalde de la ciudad, Eleazar García Sánchez, presumía en redes sociales la entrega a un viejo trabajador de un “proyecto productivo” consistente en un cajón de bolear zapatos... Las reacciones de la gente fueron mínimas. En tanto y para la tarde, decenas de personas se apersonaron en el negocio de mascotas ubicado en un centro comercial exigiendo a golpes la clausura del local y el rescate de los animales. Al mismo tiempo,  el maltrato de la funcionaria Castañeda hacia aquel hombre apenas se exhibió en algunas notas periodísticas. Las puertas de la Presidencia Municipal seguían incólumes.



Clausura de la tienda
Posted by Martin Hernández Hernández on Miércoles, 24 de junio de 2015


¿En qué momento revertimos nuestras prioridades? ¿Qué proceso psicológico tiene efecto al optar masivamente por un perro chihuahueño en vez de un viejo hombre? Se concluye que se defendió más a un animal ya que éste, a diferencia de una persona, no puede defenderse. Pero si la premisa del animal débil fuera del todo válida ¿por qué los aparatos humanos salen en su defensa con tal poder, lo cual no ocurre con un ser humano, por ejemplo, el caso de Nestora Salgado? ¿No es acaso también débil el pobre que es víctima del abuso? ¿Acaso el hombre aquel eligió ser maltratado?

En Pachuca, como en muchas otras partes del país, el Centro de rescate y rehabilitación animal obtiene más recursos que la Instancia Municipal de las mujeres. En México se aprobó rápidamente una ley de circos sin animales, mientras millones de personas siguen esperando que se les reconozca su derecho a tener seguridad social sin discriminación a causa de tener un matrimonio con otra persona del mismo sexo. Se condena a la cárcel a quien maltrate a un perro o a un gato, al mismo tiempo que se le da trato de criminal a una mujer que aborta, o a quien teniendo voz, exige sus derechos y se le apresa en consecuencia ¿Qué clase de humanidad es esa?



La defensa de los animales ante el maltrato no requiere mayor compromiso moral o ideológico. Es algo dado por bueno, y es lógico. Es sencillo arropar esa causa. No representa amenaza alguna para la burguesía, no es una prioridad  para la clase trabajadora, no urge un análisis de la realidad concreta, no implica sino un valiente y decidido activismo frente a los abusadores, los otros, que en sí mismos son cobardes y claro que deben ser juzgados por sus actos. Es un terreno propicio para las capas medias y pequeña burguesía, ávidas de un mundo mejor, pero aún incapaces de dilucidar las contradicciones del entramado económico-político del sistema capitalista, donde la sobre-explotación animal es una de tantas consecuencias de la barbarie, pero no una causa. Ya luego se ejecutan sofismas basados en el no consumo de la carne, que se aplican a cada quien según la calidad de su personal marco teórico.

Acaso podrían darse cuenta quienes optan por la causa animalista en vez de la humanista, que no hay salvación para ninguna especie si el ser humano no sobrevive a “la explotación del hombre por el hombre”, que advierte el marxismo; o bien, que no podrá haber convivencia plena entre especies sin cuestionar que previo a la depredación animal, es el “hombre el lobo del hombre”, según Hobbes (y de la mujer, pero se obvia el requerimiento de citar textualmente a los clásicos). La ruina de la humanidad se haya en su propio desprecio.  Advertir que la violencia primigenia la realizamos contra nosotros mismos, y hacer algo al respecto, requiere de un grado de valentía que va más allá de la comodidad del instinto.

Comentarios

  1. NOTICIA: Violaron y descuartizaron a una chica de 15 años en la colonia de a lado.

    PACHUQUEÑO PROMEDIO: uuuuuuuuuuuuu siiiiiiiiii..... era bien puta.

    NOTICIA: Maltrataron a unos perros en +kota.

    PACHUQUEÑO PROMEDIO: Hijos de su puta madre!!!! hay que buscar justicia para llevar a los culpables a las últimas consecuencias, por eso estamos como estamos.

    Y el loco soy yo.....

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