Sobre los resultados de las elecciones 2015: Razones del abstencionismo y sus secuelas



por Miguel Montoya

Las pasadas elecciones reportaron tan sólo un 47 por ciento de participación ciudadana, lo que quiere decir que de los 77, 913,406 registrados en el padrón electoral sólo 36, 619,300 acudieron a votar. De los que fueron a votar, 1, 788,393 o el 4.9 por ciento anularon su voto. Estos datos revelan que el partido que obtuvo mayor cantidad de votos apenas lo logró con el apoyo del 13.7 por ciento del padrón electoral. Por otra parte, si sumamos los votos que obtuvo en total los partidos de la izquierda en su conjunto, observamos que cortamente alcanzaron el 10.4 de los votos del padrón, mientras que los partidos de la derecha, desde Encuentro Social hasta Acción Nacional, obtuvieron el 34.3 por ciento del apoyo del padrón.


En contraste, en el 2012 hubo una participación en las elecciones de un 63.1 por ciento del padrón. Por un lado la izquierda electoral obtuvo un 20 por ciento de los votos en relación con el total del padrón (el doble de lo que obtuvo este año), y por el otro, la derecha, en conjunto, obtuvo un 41.6 por ciento (7.3 puntos porcentuales por encima de este año).

Difícilmente podemos atribuir el inmenso número de ciudadanos abstencionistas a la lucha magisterial y del sector popular que buscamos boicotear las pasadas elecciones, pero estas cifras demuestran un par de factores interesantes dentro de la lucha de clases que es importante resaltar.

El primer detalle que hay que aclarar es que la mayor parte de la gente que no acudió a votar no lo hizo de un modo militante mientras que otra parte importante de quienes anularon su voto tampoco lo hizo por motivos vinculados a la lucha social. El hecho de que en ambas elecciones hubiésemos encontrado más del 30 por ciento de abstencionismo revela que un sector amplio de la sociedad mexicana no se encuentra interesada en temas públicos ya que no encuentra un sentido a la política. Gran parte de este sector pudiera representar a una parte apática de la población mexicana. No obstante al ser un porcentaje tan alto revela la poca capacidad que tiene la democracia burguesa de generar actualmente significados en el grueso de la población.

Por otra parte, de quienes anularon su voto podemos observar que tanto en estas como en las pasadas elecciones, fue un sector proveniente de las capas medias que encontraron una forma de identidad política en el rechazo a los partidos electorales los cuales han dejado de ser una opción para la población profesionista joven.

Ahora bien, en un segundo lugar hay que observar el abstencionismo se incrementó en aproximadamente 26 puntos porcentuales. Este fenómeno sin duda se puede deber a la falta de interés en estas elecciones en comparación con las del 2012 por el simple hecho de que aquellas fueron presidenciales, sin embargo esta explicación no alcanzaría a comprender el problema en su conjunto.

Desde mi punto de vista y basado en los datos presentados, sostengo que este aumento en el abstencionismo se debe a la escisión del movimiento popular con respecto a la izquierda electoral.

Así hay que destacar, desde un aspecto cualitativo, que ante el crecimiento del boicot electoral, los medios de izquierda hicieron llamados a no caer en el abstencionismo. En Proceso, a este fenómeno se le llamó la victoria cultural del PRI mientras que en La Jornada se llamaba a ver que no todos los partidos son iguales, etc. Desde la postura de la izquierda electoral, se vio esta situación como una derrota de la izquierda ante la derecha, quienes por su sistema corporativo mantendrían un porcentaje de votaciones importante a pesar del desencanto general.

Pero ¿a qué se debe esto?

Primero, y salta a la vista que aquellos sectores como el magisterial o el de los electricistas que anteriormente veían en la izquierda electoral una alternativa para alcanzar sus reivindicaciones gremiales se decepcionaron ante el abandono en que esta los dejó. Así mismo, las luchas populares libradas desde la APPO, el Frente Popular de Pueblos en Defensa de la Tierra, el EZLN, Ayotzinapa, etc. llevaron a una radicalización cada vez más profunda de los sectores sociales a quienes estas organizaciones representaban. Ante esta radicalización, simplemente la izquierda electoral, por motivos ideológicos y programáticos, no pudo más que quedar vacilante y renunciar esta base social que anteriormente la apoyaba. Por este motivo, podemos afirmar que quien salió perdiendo no fue la izquierda en su conjunto, sino la izquierda electoral dado que el movimiento popular ha crecido cualitativamente en su resolución, en sus objetivos y en su práctica en contra del neoliberalismo.

En tercer lugar, sólo cabe puntualizar que los datos demuestran una crisis de representación pues el partido en el poder, no lo hace más que con un 13 por ciento del apoyo del electorado. Lo cual quiere decir que la representatividad del gobierno es mínima. Ante ello podemos afirmar que el actual sistema electoral está lejos de ser democrático pues no existe ni un mínimo consenso por parte de la población ante sus representantes sino que observamos una bárbara imposición.

Ante estas consideraciones, que deben ser analizadas con mayor profundidad, cabe concluir que para poder revertir la lucha de clases en favor de los trabajadores se debe fortalecer la política del partido leninista para que se pueda dar una alternativa política que tenga la capacidad de guiar en una lucha clara a estos sectores radicalizados en contra del neoliberalismo y el capitalismo de forma que se puedan superar las luchas gremiales y sectoriales en una lucha política obrero-popular.

Así mismo, la política anticapitalista se debe mostrar como una alternativa real para los profesionistas que en la actualidad no ven un futuro dentro del actual sistema. De caso contrario, y cómo se ha podido ver históricamente, por un lado las luchas sectoriales se verán aisladas y no podrán trascender de la resistencia a la ofensiva popular. Por otra parte los sectores, desilusionados de la política democrático liberal burguesa pueden ser cooptados dentro del área de influencia de organizaciones de corte fascista.

Postdata. Uno de los principales puntos que impactan en la realidad nacional y que quedo fuera de este análisis por cuestiones de tiempo es el problema del narcotráfico, el cual debe constituir uno de los asuntos principales de la agenda comunista en nuestro país.

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