La izquierda en México es una caricatura - Entrevista a Pável Blanco, secretario general del Partido Comunista de México

Pável Blanco habla ante el 20 Congreso del PCM, Oaxaca. FOTO: Oficio Rojo



El 18 de noviembre de 2012, el Partido Comunista de México cumplía 18 años de vida moderna. Aún nadie sospechaba lo álgido que sería el año siguiente para la organización. Cinco de sus militantes serian asesinados en Guerrero, incluido su secretario político en la entidad, Raymundo Velázquez Flores.  De lo ocurrido, el PCM salió fortalecido. Entendió su carácter como enemigo del Estado mexicano, incluidos a sus partidos de la izquierda burguesa que han operado contra él. Lejos estaba también la masacre contra los estudiantes de Ayotzinapa de septiembre de 2014, pero desde entonces, el Partido advertía que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) -responsable directo del magnicidio-, es un "partido del capital, no de izquierda".


En el marco del primer Festival El Comunista que se realizó, conversé con el primer secretario del PCM, Pável Blanco Cabrera, sobre la identidad y tareas de la organización. La publicación original de esta entrevista se dio exclusivamente para mi libro "Oficio Rojo", editado por Editorial Revolución (México, 2014). Luego ahora, la reproduzco aquó con un fin específico: Evidenciar que en México no existe izquierda. Sin embargo, la vía comunista persiste, insiste y sigue reproduciéndose como consecuencia natural de la crisis capitalista en el país..

"Conquistamos el derecho de la clase obrera a tener un Partido Comunista"

Oficio Rojo: Pável, háblame del Partido Comunista de México

Pávle Blanco: El Partido de los Comunistas Mexicanos en su primera convocatoria de noviembre de 1994 fue una necesidad. Porque el primer Partido Comunista en todo el país, el Partido Comunista Mexicano, fue liquidado en 1981 . Y durante 13 años, no fue clara una opción para la clase obrera en la lucha por el socialismo.

El Partido de los Comunistas Mexicanos, en un momento muy confuso pues tenia tres años que se había producido la contrarevolución que había llevado al fin de la Unión Soviética, estaba en auge el fin de la historia  en estas tesis de la desideologización de Francis Fukuyama. El capitalismo se había apropiado de la misión progreso, de la misión democracia. Eran momentos de mucha confusión, de mucho transfugismo. Peor hubo la claridad por parte de un grupo de camaradas, de plantear en este país la creación de un Partido de la clase obrera y los trabajadores.

En estos años, sobre todo los primeros, podemos situarlos como de definición ideológica. Porque, insistimos, aun estaban muy frescos los acontecimientos y producían equívocos en términos ideológicos. Por ejemplo, había camaradas que planteaban que el Partido Comunista ya no debía basarse en la clase obrera, ni en los trabajadores, sino que había que apoyarse en los nuevos movimientos sociales o los sujetos emergentes, pueblos indios, ambientalistas, migrantes, movimiento feminista, etcétera. Había camaradas que insistían, con un argumento que finalmente terminó predominando, que el proletariado, la clase obrera en la sociedad capitalista, es la clase que por sus características concentra el potencial revolucionario para derrocar al capitalismo; es el sepulturero, como decían Marx y Engels en el Manifiesto. Pero, además, como sitúa el marxismo-leninismo, el proletariado o la clase obrera, es una clase, que al conquistar el poder, no se convierte en clase dominante, en una nueva clase dominante, como acontece en los modos de producción previos, el esclavismo, feudalismo, capitalismo. Sino que la clase obrera, para emanciparse, para ser libre, tiene que emancipar a las demás clases sociales emergentes. Esto habla que, al no ser el socialismo un nuevo régimen de explotación, sino de liberación, es natural que haya muchas dificultades.

Entonces, la clase obrera, para los camaradas, era un tema a debate. Insisto, finalmente terminó predominando la tesis marxista de que el proletariado, por el hecho de ser la clase que produce la riqueza y los bienes materiales de esta sociedad, es la que tiene las características para ser considerada la clase más progresista.

Otro tema a debate era la cuestión de explicarse el fragmento de la Unión Soviética. Hoy día tenemos claro que ese proceso contrarrevolucionario no anula el carácter del comunismo en la que nosotros definimos como una época del imperialismo y las revoluciones proletarias, de transición del capitalismo al socialismo-comunismo. Entonces este proceso contrarrevolucionario nosotros lo definimos de carácter temporal porque la rueda de la historia no puede detenerse. Pero era necesaria una explicación profunda  de nuestra principal propuesta política para los trabajadores, que es el socialismo-comunismo. No podemos andar por el mundo como si no hubiesen pasado los sucesos de los años noventa.  Y nosotros no pensamos que explicaciones idealistas sirvan como argumento. Por ejemplo, atribuir la responsabilidad de la contrarrevolución  en la URSS a un solo hombre. En algunos casos hay quienes responsabilizan al secretario general  del PC Bolchevique que fue durante mucho tiempo Stalin. Hay otros que responsabilizan al último secretario general del PCUS, Gorbachov. Pero en ambos casos, la debilidad del argumento, es que la concepción materialista de la historia no admite que los individuos tengan tanto poder de transformación, sino que explican que la base de las transformaciones sociales son los choques que se producen en el comunismo, entre la base y la súper estructura de la sociedad.  Entonces, había camaradas que decían que el problema del a crisis, de la contrarrevolución, era por “las arbitrariedades del secretario general Stalin” o por “la ausencia de democracia”, o por “la ausencia de derechos humanos” o por “la ausencia de relaciones mercantiles”.


Pável Blanco. FOTO: PCM

El Partido fue debatiendo y fue avanzando en la conclusión que nosotros compartimos con el Partido Comunista de Grecia que, nosotros hemos adoptado sus tesis sobre el Socialismo en su cuarto Congreso, las cuales sostienen que la base de la contrarrevolución es que a partir de mediados de los años cincuentas empiezan en la Unión Soviética a avanzar las relaciones mercantiles.   Y las relaciones de mercado son incompatibles con el comunismo.  Hoy tenemos un criterio claro. Hoy al asumir nosotros la experiencia de la construcción socialista en el siglo XX, tenemos claro que luchar por el socialismo-comunismo es, en primer lugar, derrocamiento del poder de los monopolios, derrocamiento del capitalismo; socialización de los medios de producción concentrados. Economía socialista, planificación central de la economía y poder obrero y popular. Que para nosotros el poder obrero y popular no es una cuestión que se elija como se elige en la democracia burguesa a través de circunscripciones regionales o territoriales. Para nosotros el poder obrero y popular tiene su sustento en los centros de trabajo. Ahí es donde la clase obrera puede ejercer el control sobre la producción. Y una planeación económica en beneficio de la sociedad puede tener argumentos favorables. Para nosotros la planeación es un proceso de va de abajo a arriba y de arriba abajo, no es unilateral. Y este proceso, esta planificación, para nosotros es una necesidad. Entonces nosotros rechazamos la idea que en esos años e debatía que es compatible socialismo y relaciones mercantiles. Pensamos que ahí termina siendo predominante las relaciones capitalistas, y eso abre un proceso contrarrevolucionario donde la súper estructura tiene que ajustarse a la base económica que le da sustento.

Otra característica que nosotros hemos explicado en estos años, es su vinculación al Movimiento Comunista Internacional a través de asumir desde la teoría y la práctica el internacionalismo proletario, necesidad de la clase obrera en la lucha por sus objetivos históricos.  La clase obrera es internacional, al igual que los monopolios. Nosotros tenemos más afinidad con un obrero explotado en Tucson por Minera México, o con en Perú en las mineras a cielo abierto explotado por Industrial Minera México, que con los empresarios mexicanos. Es decir, nuestro criterio clasista nos lleva a posiciones de internacionalismo. Esto ha llevado al Partido a encontrarse por el mundo con el Movimiento Comunista Internacional. Nuestro partido participa en el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros desde el año 2002, pero tenemos estrechas relaciones con quienes participamos en la Revista Comunista Internacional, partidos revolucionarios en Turquía, Rusia, Grecia. Nosotros tenemos una relación muy fuerte, muy estrecha con el Partido Comunista de Grecia, el KKE, que es el partido que está al frente de todas las huelgas que han sacudido a Grecia y a Europa, donde está uno de los eslabones más débiles de la cadena imperialista y donde podemos reencontrarnos los comunistas en la historia. La humanidad hoy se coloca ante la disyuntiva de o socialismo, o hundimiento. Y en Grecia están todas las condiciones para la revolución socialista, con el 90 por ciento de los centros de trabajo durante las huelgas, incluidos los medios de comunicación, con un Partido Comunista dirctamente relacionado con la clase obrera.

El balance del Partido Comunista de México que podemos hacer es que lentamente, con muchas dificultades, pero va implantándose en luchas de vanguardia.  En el año 1999 el Partido estuvo de manera muy importante y solidaria en las luchas del SME (Sindicato Mexicano de Electricistas) contra la privatización de la industria eléctrica que pretendía el ex presidente Ernesto  Zedillo. Ahpi hubo un triunfo de la clase obrera, se impidió la privatización. Este Partido estuvo solidario en el año 99 también con la huelga de la UNAM, acompañamos al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco. De manera reciente, para ilustrar lo que hacemos, ha sido el trabajo con los compañeros del Sindicato de la NISSAN, la cual consideramos que fue un ejemplo de cómo oponerse a la reforma laboral que, según nosotros, es un proceso de destrucción de los derechos laborales y desvalorización del trabajo para favorecer a los monopolios en un momento de crisis. El Partido ha tratado también de hacer frente, en la Coordinadora Sindical Unitaria de México (CSUM), agrupando a trabajadores individuales y pequeñas corrientes sindicales. Trabajo sobre un acumulado previo, como nuestra presencia en la dirección del Movimiento Magisterial de Bases en Morelos, que fue una huelga porque los maestros no se presentaban al centro de trabajo.

Oficio Rojo: A pesar del ambiente de anticomunismo en México, el PC está ahí, entonces ¿de qué manera la gente se puede enterar que ahí está el Partido Comunista de México y conocer su mensaje fundamental? 

Pável Blanco: Creo que el Partido, entre sus debilidades, es la parte de la agitación y la propaganda.  En primer lugar la responsabilidad es del Partido, porque a pesar de su nivel de influencia, los esfuerzos siguen siendo limitados. Estamos hablando de un país de 107 millones de habitantes con una extensión territorial inmensa, y con 20 millones de trabajadores en los Estados Unidos.  Imagínate tú que un Partido que se plantea la cuestión del poder en México, tendría que organizar a esos trabajadores en Estados Unidos…. Eso habla del retraso en nuestras tareas.

Nosotros si queremos marcar nuestras diferencias con esa llamada izquierda. Nosotros pensamos que otro tema del proceso contrarrevolucionario, de la desideologización del fin de la historia es una mutación que se produce en la arquitectura del lenguaje. Como van perdiendo su sentido las palabras. Durante la Revolución Francesa, la izquierda la representaban los sectores más radicales, los jacobinos, Robespierre, el comité de salud pública. Desde entonces se dijo que la izquierda la representaba la parte más avanzada y opuesta al establishment, pero hoy eso se ha venido desvirtuando. Desde mediados del siglo XIX y hasta mediados de los años 60’s, se hablaba de izquierda e inmediatamente se pensaba en los marxistas, en los comunistas.  Con los años sesentas, con estos movimientos de nueva izquierda, las tesis de Marcusse que empiezan a predominar, la noción de izquierda comienza a desdibujarse.

Sin embargo hoy hemos llegado al límite de la caricatura. Imagina tu que hoy se le llama de izquierda y hasta dirigente de la izquierda a un personaje tan nefasto y tan negativo como Manuel Camacho Solís y su pupilo Marcelo Ebrard, o de un personaje profundamente anti comunista como López Obrador. No negamos que sea una persona honesta, ha dado prueba de ellos, pero la honestidad, la probidad, no es el único elemento que se requiere para resolver los problemas de este país, ni para ser llamados de izquierda. Entonces la izquierda es hoy para nosotros un concepto insuficiente. El Partido prefiere definirse como una organización clasista, en tanto no logremos marcar con claridad que el PRD, que es un partido del capital, no es un partido de izquierda. Aunque los medios en su campaña goebbeliana han repetido tantas veces que la izquierda en México está representada por el PRD, el Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano y ahora MORENA.  Nosotros pensamos que la izquierda en México está representada por los luchadores sociales, por el socialismo, por quienes tengan una posición claramente anticapitalista.


Marcha del PCM sobre la Ciudad de México. FOTO: Oficio Rojo


Oficio Rojo: Por años se ha dicho que la denominación del Partido Comunista en México pertenece al PRD, que se crea con el registro del antiguo PCM, tratando de negarle a tantos marxistas leninistas mexicanos la conformación de un Partido Comunista, que, pese a las circunstancias, se ha recuperado en el Partido Comunista de México ¿Qué responde el Partido a esto? 

Pável Blanco: Tal deformación de los hechos nos debe resultar secundaria, de momento. Lo importante es hacer un fuerte trabajo entre la clase obrera. El único registro que va a obtener el Partido Comunista de México es el que le de la clase obrera; el reconocimiento de que es su fuerza de vanguardia. Es verdad lo que tú dices, el 5 de mayo de 1989, Cuauhtémoc Cárdenas desde el Zócalo de la Ciudad de México, llamó a formar el Partido de la Revolución Democrática. En un aire de soberbia inicio el proceso para obtener el registro, pero no les alcanzó el tiempo ni las asambleas les dio para tanto. Tuvieron ellos que admitir el registro que les dio el entonces Partido Mexicano Socialista (PMS), con Gilberto Rincón Gallardo, entonces su presidente. El PMS entregó el registro y entregó el patrimonio, que no era de efímera vida, que había sido resultado del Partido Socialista Unificado de México (PSUM que existió del 81 al 89 y que as u vez fue el resultado del registro del Partido Comunista Mexicano como resultado de la reforma política de José López Portillo y Jesús Reyes Heroles. Y esto era el resultado acumulado de un trabajo previo que arrancó en 1919 con la creación de la Sección Mexicana de la Internacional Comunista formado, entre otros por el camarada japonés Sen Katayama, camaradas estadounidenses. La historia está ahí y hay que rescatarla. Ellos no tenían derecho a liquidar al PCM, porque no era su trabajo personal, era un trabajo de varias décadas, un acumulado histórico de la lucha de la clase obrera. Y  de la misma manera  que estos liquidadores y oportunistas no tenían el derecho de liquidar el Partido Comunista, después, PSUM, después PMS y posteriormente entregar el registro a un burgués como Cárdenas, tampoco tienen ningún derecho a venir después de haber traicionado a la historia y reclamar que el Partido Comunista no puede reconstruirse. Y la clase obrera tiene derecho a volver a contar con el Partido Comunista y sobre todo con la lucha por el futuro socialista. Ese derecho lo hemos venido conquistando y no nos provoca la pérdida de sueño el hecho que unos tránsfugas pretendan plantear que el Partido Comunista tiene copyright. El Partido Comunista es un necesidad histórica producto del desenvolvimiento de la lucha de clases.

Oficio Rojo: Hablar del Partido Comunista es hablar de muchos personajes, unos que se fueron y otros que permanecieron. Si tendrías que definir la base histórica en la cual se funda este Partido Comunista de México, ¿Cuál sería?

Pável Blanco: Nosotros tomamos la creación del Partido Comunista en el año 1919 con la creación de la Sección Mexicana de la Internacional Comunista. Ahora, nosotros al asumir la historia, la asumimos sin matices. No vamos a hacer una versión de la historia donde asumamos sólo las virtudes de los comunistas, sino también los errores porque forman parte del aprendizaje. Porque la historia en la concepción pequeñoburguesa radica en que ‘la historia existe sólo si participo en ella’. Para el proletariado, la historia es todo un periodo de lucha intensa, de conflicto socioclasista. Esa historia estaba abandonada. Nosotros hemos decidido recatarla. Pero no sólo la parte más brillante, asumimos los errores. Es decir, asumimos la historia como tal. Ahora bien, hay desarrollos y características nuevas, y de ello nos hacemos responsables ahora.

Oficio Rojo: Si hubiera que encontrar un motivo específico por el cual se liquida el antiguo Partido Comunista Mexicano en 1981 ¿Cuál sería desde la óptica desde el actual Partido Comunista de México?

Pável Blanco: Sería que empezaron a predominar las visiones oportunistas, sobre todo la fuerte influencia el eurocomunismo. En México, en el antiguo PCM, hacia los años setentas, los textos más leídos eran ‘Eurocomunismo y Estado’ de Santiago Carrillo, “El desafío de la Democracia” de Jhon Strachey y “La cuestión comunista” de Enrico Berlinguer. Es decir, abandonar todas estas concepciones de la dictadura del proletariado, el partido de vanguardia, la cuestión de la violencia, y pensar en los cambios graduales. Finalmente ellos terminaron donde terminaron los liquidadores del Partido Comunista Italiano, primero Partido Democrático de Izquierda y ahora Partido Democrático y que tiene como ejemplo a Tony Blair y al Partido Laborista. Entonces para nosotros fue eso. Pero el Partido Comunista juga un rol que no se puede sustituir. No puede estarse unificando, es una fuerza de vanguardia, revolucionaria, que representa los intereses más avanzados de la clase obrera. No puede ser una fuerza amplia ni variopinta. Es una formación con características definidas.

Oficio Rojo: ¿Qué opina el PCM del llamado ‘socialismo a la mexicana’?

Pável Blanco: Es una caricatura eso. Hay dos cosas: una es la llamada ‘vía mexicana al socialismo’ y de eso se hace una caricatura que es el ‘socialismo a la mexicana’. La ‘vía mexicana al socialismo’ es una teorización que hace en los años cincuentas y sesentas Vicente Lombardo Toledano, dirigente del Partido Popular, después Partido Popular Socialista, quien era un dirigente obrero muy importante en el siglo XX de nuestro país, y que llega a la conclusión de las vías nacionales al socialismo. Nosotros no coincidíamos con ello pero era coherente. Algunos discípulos de Lombardo Toledano hicieron una caricatura de eso, y hablaron de ‘socialismo a la mexicana’. Socialismo es uno sólo. Socialismo científico, que es este de lo que hablábamos: derrocamiento del capitalismo, poder obrero y popular, planificación de la economía, control obrero de los centros de trabajo… Eso es el socialismo. No necesita apellidos. Claro, los procesos revolucionarios tienen particularidades, pero como marxistas pensamos que lo que imperan son las generalidades, la regularidad en el proceso histórico. Entonces la Revolución Socialista internacional tendrá características generales y que probablemente llegará a tener algunas peculiaridades, pero esto no es lo determinante. El socialismo, el comunismo, es internacional.  Hablar de otras cosas es ignorancia y falta de seriedad.




Oficio Rojo: Hay quien dice que las tesis de la revolución proletaria socialista no es posible en México debido a la dispersión de la clase trabajadora, donde ya no se cuenta con una sociedad industrial ¿Qué se responde a esto?

Pável Blanco: En nuestro cuarto Congreso nosotros hemos asumido  unas tesis que recogen un planteamiento marxista que es el de la interdependencia. Ello nos ha permitido tener un nuevo acercamiento a la realidad del desarrollo del capitalismo en nuestro país. Nosotros pensamos que en la pirámide imperialista, en la cúspide está Estados Unidos, la Unión Europea y ahora China que está rivalizando. Nosotros ubicamos que hay países intermedios y que entre ellos está México, pero con un desarrollo capitalista propio, medio. Donde hay un proletariado maduro, una clase obrera consolidada desde hace muchas décadas. Y al mismo tiempo un proceso de expansión de la proletarización que en periodos de crisis abarca a las capas medias, aun y cuando sigan pensando como pequeño burgueses, incluso como burgueses, su modo de vida ya es proletaria porque hay perdido excedentes. Este proceso nos permite tener claro que en nuestro país el conflicto es clase contra clase. Por un lado la clase obrera, el proletariado, por el otro lado la burguesía y los monopolios.  Estos son los polos del conflicto social en nuestro país.  Y situamos que la meta es la lucha por la revolución socialista, sin etapas intermedias. Porque hay quien piensa que México primero debe ser independiente.,  que hay que conquistar la liberación nacional. Nosotros pensamos que hoy es posible, sobre la base del desarrollo capitalista acelerado, sobre todo por los fenómenos temporales  de desconcentración de los obreros como en Ciudad Sahagún, pero ha habido una reconversión del proceso de extracción económica. 

Entonces la clase obrera está ahí, incluso mantiene grandes concentraciones. Los sectores más dinámicos del proletariado mantienen grandes polos de concentración proletaria, por ejemplo la petroquímica y todo lo que se conoce como la sección primera de la economía, ahí, el proletariado está muy claro. Lo que está muy débil es el trabajo de los comunistas entre la clase obrera. Pero ese es otro tema. Ahí nosotros tenemos que meternos con seriedad a reconstruir un sindicalismo de clase y plantear el tema del poder obrero directamente en los centros de trabajo. Nuestra meta en la toma del poder es la base del poder obrero que es el centro de trabajo. Así ha sido durante los procesos revolucionarios. Ahora para golpear a la burguesía hay que paralizar los centros de trabajo. Sólo así golpeamos los intereses del capital. Porque a la burguesía le importa un comino que lo trabajadores bloqueen las calles, inclusive que puedan bloquear el flujo de mercancías, pero lo que le resulta inadmisible es que se deje de generar plusvalía.

Oficio Rojo: La huelga….

Pável Blanco: La huelga general y la insurrección…

Oficio Rojo: Está claro que la tarea fundamental del Partido está ahí, en los centros de trabajo. Pero sectores como las juventudes, reivindicación de derechos de las mujeres, las razas… ¿Cómo se planta el Partido Comunista frente a estas realidades que inevitablemente están ahí?

Pável Blanco: Tenemos una política. Insistimos, nuestro prioridad es el trabajo hacia la clase obrera, hacia el movimiento obrero. Pero tenemos una política hacia la juventud a través de la Liga de la Juventud Comunista. Tenemos una línea hacia los pueblos indios que es respaldar su lucha por el cumplimento de los Acuerdos de San Andrés Larraínzar y sobre todo pensamos que es estratégico buscar una alianza con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Eso no necesariamente tiene que ser mañana; estamos hablando del proceso histórico para la construcción revolucionaria de este país. Efectivamente que los feminicidios no son inherentes sólo de Ciudad Juárez, es un proceso nacional y está asociado a las mujeres trabajadoras. Sobre ellos tenemos líneas de trabajo que de momento no han logrado consolidarse. Por supuesto hay que trabajar también con los intelectuales, con las propias capas medias.  Tenemos conciencia que tenemos debilidad en esas áreas, pero estamos convencidos que hay que trabajarlo. Con la mujer, la mujer joven, la mujer trabajadora, la mujer joven trabajadora. Tenemos conciencia que aún hay mucho trabajo qué hacer…

Oficio Rojo: Al fin que nada más van 18 años…*

Pável Blanco: Van 18 años, pero…

Oficio Rojo: Faltan otros…

Pável Blanco: Faltan otros…

Oficio Rojo: Gracias Pavel.

*Actualmente, el PCM camina rumbo a su 21 aniversario. 

Comentarios

Entradas populares