La necesaria existencia de las FARC-EP

De izquierda a derecha, Comadantes Tmoleón Jiménez "Timoshenko (actual Comandante en Jefe de las FARC-EP), Iván Märquez (jefe de la Delegación de Paz de las FARC-EP en los diálogos de La Habana y segundo Comandante), Alfonso Cano (ex Comandante en Jefe de las FARC-EP asesinado en 2011) y Manuel Marulanda Velez (Comandante histórico y fundador de las FARC-EP, fallecido en  2008). FOTO: Archivo


Cuando en el año 2003 el ex presidente colombiano Alvaro Uribe intentó imponer en el país la Alianza de Libre Comercio para las Américas (ALCA) por mandato de Estados Unidos, fueron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) quienes lo impidieron.

El ALCA se sujetaba al Plan Colombia, una iniciativa militar que bajo la fachada del combate al narcotráfico, arremetió contra la insurgencia con el objetivo de limpiar los territorios para imponer los planes de privatización de cultivos y explotación de los bienes ambientales. Pero las FARC lo impidieron. El ALCA, como sabemos, no fructificó en el continente, en buena medida también por la resistencia de Cuba y Venezuela.


De no ser por eso, en México se habría firmado el acuerdo. El ex presidente Vicente Fox estaba resuelto a aprobarlo y contaba ya con el apoyo de su propio partido, del Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), entonces aún doliente por la derrota en las elecciones presidenciales del año 2000 y sujeto a las voluntades del mandatario mexicano.

Las consecuencias hubieran sido fatales. De por sí el Tratado de Libre Comercio que México sostiene con Estados Unidos y Canadá, lo es. El ALCA significaba la imposición de diversos monopolios, sobre todo estadounidenses, en el acaparamiento de la producción y mercantilización de todas sus áreas productivas. Significaba, pues, la muerte –literalmente la muerte-, de los pequeños, medianos e incluso grandes productores nacionales a quienes les sería imposible competir con tales industrias y tendrían, por ley, que sujetarse al marco de favorecimiento monopólico.

Por ejemplo, el caso del maíz criollo. La gran variedad de razas de este alimento en México que aún luchan por no desaparecer ya que el TLC introdujo maíz transgénico proveniente de Estados Unidos que se vende a precios con los cuales el productor local no puede competir.  Apenas gana lo suficiente para la cubrir los costos de producción, pero no lo ocupa para vender, sino para alimentar a su ganado.

Esto también ocurre en Colombia, cuando a los campesinos se les obliga a producir mediante granos autorizados por el Gobierno, claro, provenientes de monopolios estadounidenses.

¿Cuál ha sido la diferencia entre México y Colombia? Que mientras en territorio mexicano, los campesinos resisten con sus propias fuerzas, debilitados por los ataques de paramilitares y delos aparatos  del Estado, en Colombia existe una guerrilla que ha sabido hacer frente a este problema. No sólo por la vía inmediata de las armas. Han sido 51 años de una pelea incesante en el terreno ideológico, donde los trabajadores del campo, sin pertenecer a la insurgencia, han sabido entender el valor de la acción política y se han movilizado organizadamente en defensa de sus derechos y sus territorios. Prueba de ello fue el gran Paro Campesino del año 2014.

Una guerrilla es trascendental en tanto cumpla sus principios ideológicos, políticos y éticos. Colombia es el ejemplo, dentro de su propio contexto. Sin las FARC-EP, el terrorismo de Estado y el paramilitarismo no tendrían límite.  Sin un Partido Comunista en armas, con base una política de combinación de todas las formas de lucha, no permearía entre la clase trabajadora colombiana la necesidad de una contraofensiva popular a los embates de la plutocracia capitalista nacional.



Ese es, desde mi punto de vista, el gran valor de la insurgencia fariana a 51 años de su fundación, en la región del Marquetalia, sobre la cordillera central colombiana. Surgida como movimiento agrario en respuesta a la violencia desatada por el Estado colombiano tras el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitan en 1948 y conformada como FARC, de clara convicción marxista-lennista-, en 1964, en el seno del Partido Comunista. Como dato, es pertinente agregar que el añadido Ejército del Pueblo (EP), surge en 1982 para simbolizar el paso de la resistencia defensiva hacia la ofensiva total hacia la toma del poder político, las FARC-EP.

La guerrilla fariana cumplió este 27 de mayo,  51 años de vida. Es la guerrilla más longeva del mundo y la más vigente. No se sabe con exactitud cuántos milicianos tiene entre sus filas, pero cualquiera que sea el número, han resistido a lo largo de las décadas los embates a fuego del Estado colombiano, los paramilitares y el narcotráfico. Con un propósito: una segunda y definitiva independencia para Colombia. Hoy se encuentran en un proceso de paz, que, pese a todos los obstáculos, tiene posibilidades de lograrse. Dicha paz seria entonces el triunfo de esas décadas de insurrección; rebeldía de un Partido Comunista de armas contra los abusos de una oligarquía que se empeña en saquear los territorios y sobreexplotar al pueblo. ¿Cumplirán las FARC-EP 52 años ya como una organización haciendo política fuera del clandestinaje? Como sea que ocurra, medio siglo de terrorismo de Estado, han demostrado la necesidad de su existencia.







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